Tiempo después insistió en que Schneider no había sido violada, que conocía la discutida escena de la violación y que la “única novedad”fue la mantequilla. La película El último tango en París resucitó la carrera de Marlon Brando pero empujó a Maria Schneider a una espiral de adicciones y problemas de salud mental. Una nueva serie de la cadena norteamericana CBS explorará el tumultuoso rodaje de la cinta dirigida por Bernardo Bertolucci y el impacto que tuvo para la pareja protagonista.
La actriz María Scheneider denunció ser violada y humillada en una escena de «El último tango en París». Bernardo Bertolucci reconoció que no notificó a la actriz de que Marlon Brando utilizaría mantequilla en vez de lubricante. Se autodestruyó, cayó en la adicción a las drogas e procuró suicidarse en varias ocasiones.
Como colofón final, el directivo italiano aseguró que, más allá de que se sentía culpable, no se arrepentía de haber rodada la escena. Schneider, que murió en 2011 a los 58 años tras una larga patología, habló varias ocasiones sobre la escena entre ella, que entonces tenía 19 años, y Marlon Brando, de 48, incluso denunció en una entrevista al Daily Correo de 2007 que fue “violada”por el conocido actor. Su nombre irá siempre y en todo momento asociado a la mantequilla y la polémica. Y es que son muy pocos los que no recuerden la escena de sexo entre Marlon Brando y María Scheneider en ese «Último tango en París» y la disputa que se creó cerca de ella.
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En 2016, el suceso cien veces contado y también ignorado se realizó viral y se condenó en bloque. Entonces absolutamente nadie comprendía cómo podía haber vivido inadvertido. Su confesión sobre la praxis del cineasta y el conchabamiento de Marlon Brando no tuvo mucho más influencia. No obstante, nunca se alejó de Bertolucci quien tampoco tuvo problemas en admitir el abuso hacia la actriz. A actriz María Schneider, conocida por su papel en «El último tango en París» de Bertolucci, firmó una carta pública contra el reciente fallecido Bernardo Bertolucci donde lo acusaba de abuso. Nuestros articulistas elaboran una cautelosa selección de las noticias que tienes que saber sobre los temas que más te interesan.
Y eso que, en contraste a eso que estamos en la actualidad en muchas de las películas que pretenden incomodar al espectador, creo que la escena de marras no es gratuito. Bertolucci la usa para explicar la frustración de Paul, el directivo de un hotel de París cuya mujer termina de suicidarse cortándose las venas en la bañera. Escena de \\’El último tango en París\\’ donde Brando utiliza mantequilla como lubricante.
Cine
Pero no se nos sucede una denominación mucho más ajustada que «abuso» para una escena en que una mujer es sometida contra su voluntad y un producto lácteo se introduce entre sus nalgas sin que ella esté informada de que la escena transcurrirá de esa forma. En esa misma entrevista, reconoció que nunca volvió a rodar un desvisto en el cine. Un par de años después de El último tango en París, abandonó el rodaje de Calígula para ingresarse en un hospital psiquiátrico con su pareja, la fotógrafa Joan Townsend. El porqué de que esta entrevista, de más de tres años de antigüedad, ha saltado en este momento a las primeras lisas de medios de todo el mundo es un misterio.
Considerado uno de los grandes genios del séptimo arte, el directivo pasará a la historia por obras maestras como «El último emperador» o «El último tango en París», pero no va a ser lo único con lo que será recordado. Durante la escena a Schneider se le oculta que van a emplear mantequilla como lubricante, Bertolucci se justificó diciendo que no se le había informado por el hecho de que quería que su reacción fuera natural y creíble no ensayada , en estos momentos la actriz tenía solamente 19 años de edad. Asimismo parece haber cambiado algo desde 2013, cuando la entrevista de Bertolucci donde reconocía los hechos pasó inadvertida a la opinión pública generalmente y al establishment de Hollywood en particular.
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Creo que nos odió a Marlon y a mí pues no le contamos el aspecto de la mantequilla como lubricante. Los sacrificios que hay que hacer en nombre del arte, ahora se conoce… “Debería haber llamado a mi agente o mandado a mi abogado al set pues no puedes obligar a alguien a hacer algo que no está en el guión, pero en ese instante yo no lo sabía”, aseguró Schneider en ese instante. No obstante, nadie deseó creer que la palabra “violación”era así. Tras el rodaje, la joven actriz volvió a las drogas y también, aun, intentó suicidarse en múltiples ocasiones.
Y eso, como supe muchos años después, ofendió a María, no la violación que sufre en la escena y que estaba sosprechada en el guion», argüía el director. “Debería haber llamado a mi agente o mandado a mi abogado al set por visto que no puedes obligar a alguien a llevar a cabo algo que no está en el guion, pero en ese momento yo no lo sabía”, aseguró Schneider en ese momento. No obstante, completamente absolutamente nadie deseó opinar que la palabra “violación”era así. Tras el rodaje, la joven actriz volvió a las drogas y asimismo, incluso, intentó suicidarse en varias oportunidades. Se recuerda el largometraje como entre los taquillazos de los setenta, pero una de sus secuencias más controvertidas no contó con el consentimiento de Schneider en una escena que tampoco estaba en el guion. Es el momento en que el personaje de Brando viola al personaje de la actriz usando mantequilla como lubricante.
No lo es tanto la causa de la falta de repercusión de una entrevista anterior, la que concedió Maria Schneider al Daily Correo en 2007, enseñando que se sintió «humillada y un tanto violada por Brando». Era una actriz olvidada comentando de 2 dioses de la historia del séptimo arte. En un instante de la delicada escena de sexo, Brando utiliza mantequilla en lugar de lubricante.
El Tango Envenenado De La Mantequilla
En 2013, dos años después de la desaparición de Schneider, Bertolucci reconoció el abuso. “Todavía ahora me siento culpable”, añadió Bertolucci, que aseguró que no se arrepentía de la resolución que tomó. Antes de comenzar el rodaje de «El último tango en París», Marlon Brando estaba untando mantequilla en una tostada para el desayuno en el momento en que se le ocurrió una espantosa idea. Director y protagonista eligieron mentir a la actriz Maria Schneider, que por entonces tenía 19 años, y usar la mantequilla como lubricante en la escena de agresión sexual del filme. «No deseaba que fingiese la degradación, quería que la sintiera», aceptó el directivo para argumentar el engaño.
La civilización de la violación está en las películas Disney que aguardan al príncipe azul o en Danny Suko metiéndole mano a Sandy si bien ella le pide que pare. La revisión de los clásicos —y de los no tan clásicos— es fundamental para que la crueldad contra las mujeres nunca pase desapercibida. Pero durante la escena, por más que lo que estuviera haciendo no fuese real, lloraba lágrimas reales.